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miércoles, 15 de mayo de 2013

Una eterna búsqueda


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¿Por qué me hice fotógrafo?

Es una pregunta recurrente cada vez que tengo que hablar de mi trayectoria profesional con algún medio especializado. Ciertamente mis comienzos fueron duros, no lo puedo negar. Desde el principio había demostrado aptitudes artísticas en casa. Mi madre, de la que guardo pocos recuerdos porque murió cuando yo tenía muy pocos años, acostumbraba a contarme historias muy hermosas que aún retengo en mi memoria y que cuando fui un poco más mayor traté de plasmar en algunos dibujos. Seguramente hacía esto para paliar el tremendo dolor que sentía al haberla perdido siendo yo aún tan niño... lo cierto es que de esa época datan mis primeros dibujos; los castillos y las hadas de los cuentos de mi madre, retratos de ella (intentaba con todas mis fuerzas que su rostro no se me borrase de la mente) y los primeros intentos de fotografía con una rudimentaria Leica.
Mi padre siempre se opuso a que yo me dedicara al mundo del arte o la fotografía. Cuando contaba con apenas 5 años nos trasladamos a los EEUU. Yo había nacido en Panamá de padres españoles y no me acostumbraba a vivir en la cerrada comunidad de aquel pequeño pueblo de Massachusetts.
Al final conseguí mi propósito de ingresar en el Dartmouth Art College lo que me costó que mi padre se desentendiera totalmente de mí, por lo que tuve que trabajar duro para conseguir compaginar el estudio con trabajos esporádicos en granjas para poder seguir adelante. Tuve suerte no lo niego, poco después de graduarme conseguí un empleo de reportero gráfico en un periódico mexicano, mis raices españolas ayudaron mucho. Después Nueva York, Londres, Milán,.. pasando por mi etapa de reportero en los conflictos de los Balcanes, Haití, Angola...y tantos otros lugares.
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"Maternidad IV". Oleo sobre lienzo

Ahora tengo 53 años, llevo algo más de cinco centrado en mi nueva faceta de fotografía artística, dibujos y grabados. No quiero ver más mundo, no hay nada que merezca la pena allá afuera. Solo quiero quedarme en el estudio de mi pequeña casa en Torafe trabajando sobre lo que me interesa, lo único que me interesa. Ya he dicho antes que mi madre me contaba muchos cuentos, es lo poco que ahora recuerdo de ella, ni siquiera su cara la recuerdo bien. Mi última serie de retratos buscan descubrir el enigma de sus ojos, su frente, su boca y de las cualidades menos físicas pero más presentes de su mirada, su sonrisa, su eterno silencio..